Cada vez más buscamos vivir experiencias únicas y singulares para salir de lo convencional y enriquecer nuestra vida. Y la hostelería no es una excepción a esta tendencia. Los hoteles singulares consisten en alojamientos situados en lugares diferentes, para vivir situaciones espectaculares salpicadas de momentos memorables.

Para dar un toque personal a sus próximas vacaciones, ¿por qué no alojarse en un hotel único? Desde vagones de tren reconvertidos y molinos de viento, hasta casas en los árboles e iglús, hay infinidad de lugares insólitos donde pasar la noche. El listado sería infinito y habría casos realmente chocantes como suites submarinas, hoteles encantados o albergues suspendidos entre dos acantilados a 250 metros de altura.

La excelencia por encima de las modas.

Pero más allá de la excentricidad, también han aparecido hoteles singulares situados en parajes históricos, en edificios de interés nacional o de un arraigo y tradición francamente insuperables. En esta restringida selección de lugares excepcionales destacan por méritos propios los castillos reconvertidos en hoteles. Su número va aumentando lentamente porque aunque sean muy solicitados, pocos son las edificaciones que puedan adecuarse a este nuevo uso sin perder su sabor y magia original. Aunque en algunos casos se han restaurado para devolverles su esplendor sin dejar de ofrecer a los huéspedes una experiencia de lujo.

El castillo más antiguo de Valladolid, un hotel especial…

La historia del Hotel Castillo de Curiel de Duero se refleja en sus muros de piedra, en sus estancias e incluso en el paisaje que lo rodea. Este castillo fortaleza situado en la Ribera del Duero lleva habitado más de 1.000 años. Un lugar lleno de historias que contar que se intuyen desde el primer instante.

Construido sobre un páramo con vistas a los viñedos y al Valle del Cuco y del Duero, el Castillo de Curiel de Duero fue declarado Bien de Interés Cultural en 1948. Se trata de un recinto amurallado con origenes romanos, documentado desde finales del siglo XI es el Castillo más antiguo de la provincia de Valladolid. Propiedad del estado hasta el año 2003 pasa a manos particulares y se reconstruye, acabando su obra en 2007, donde se ha convertido en uno de los mejores hoteles singulares de la península. Con tres lujosas y amplias suites decoradas con antigüedades, este castillo es ideal para quienes buscan una estancia exclusiva en un lugar lleno de historia.

Los viñedos de los alrededores son perfectos para pasear y disfrutar de impresionantes vistas del pintoresco paisaje de la zona. También se pueden degustar los característicos vinos de la Ribera del Duero en su propia bodega situada en el recinto.

Además, se puede disfrutar de platos elaborados con productos locales de primera calidad preparados por chefs experimentados que dan vida a los sabores tradicionales de una forma contemporánea.

Si buscas una experiencia única que combine lujo y tradición, el Castillo de Curiel de Duero es una excelente elección. Sus estancias llenas de historias y su privilegiada ubicación le transportarán a una época olvidada a la vez que le ofrecerán todas las comodidades modernas necesarias para una estancia perfecta. Un lugar inolvidable que hará de sus vacaciones algo verdaderamente especial.