La Ribera del Duero es una región cautivadora que alberga una gran cantidad de pueblos encantadores, cada uno con su propia historia, cultura y belleza paisajística. En este artículo, en Castillo de Curiel te llevaremos a descubrir cinco pueblos que no puedes dejar de visitar en la Ribera del Duero, a menos de una hora en coche de nuestra ubicación. ¡Prepárate para sumergirte en su encanto!

1. Peñafiel: Donde la historia cobra vida
En lo alto de una colina, se encuentra el majestuoso pueblo de Peñafiel, cuyo principal atractivo es su imponente castillo medieval. Este emblemático símbolo de la localidad te transportará a tiempos pasados y te brindará una vista panorámica impresionante de los viñedos que rodean la Ribera del Duero. Además, no te puedes perder la visita a la Plaza del Coso, con su peculiar forma circular, y degustar los deliciosos platos típicos de la zona en alguno de sus acogedores restaurantes.

2. Aranda de Duero: Donde el vino y la gastronomía se fusionan
Si eres amante del buen vino y la exquisita gastronomía, Aranda de Duero te cautivará. Este encantador pueblo es famoso por sus bodegas subterráneas, conocidas como “cuevas”, donde se guarda y envejece el delicioso vino de la región. No puedes dejar de probar el famoso lechazo asado, un plato tradicional que te hará agua la boca. Además, pasear por el centro histórico de Aranda de Duero te permitirá descubrir la iglesia de Santa María la Real y palacios y residencias solariegas, sumergiéndote en su rica historia.

3. Peñaranda de Duero: Donde el encanto medieval perdura
Peñaranda de Duero te sorprenderá con sus calles empedradas y sus casas de estilo medieval perfectamente conservadas. El imponente Palacio de los Condes de Miranda, declarado Bien de Interés Cultural, es uno de los principales atractivos de este pueblo con encanto. Además, te recomendamos visitar la excolegiata de Santa Ana y disfrutar de las maravillosas vistas que ofrece el mirador de la azotea de la Torre del Homenaje del Castillo de Peñaranda de Duero. En Peñaranda de Duero, el pasado cobra vida en cada rincón.

4. La Vid: Donde el vino y la tranquilidad se entrelazan
La Vid es un pequeño y encantador pueblo ribereño que destaca por su tranquilidad y sus viñedos. Aquí podrás disfrutar de la paz y la serenidad mientras te adentras en el mundo del vino. No te pierdas la visita a alguna de sus bodegas familiares, donde podrás degustar los mejores vinos de la Ribera del Duero y aprender sobre su proceso de producción. O al Monasterio de Santa María de la Vid, cuyos comienzos se remontan al siglo XII. Además, los paisajes que rodean La Vid son simplemente impresionantes, con interminables campos de viñedos que se extienden hasta donde alcanza la vista.

5. Haza: Donde la tradición y la belleza rural se encuentran
Haza es un pueblo con encanto que te transportará a un entorno rural tranquilo y pintoresco. Sus casas de piedra, sus calles empedradas y sus campos verdes te envolverán en una atmósfera de paz y autenticidad. Aquí podrás disfrutar de la belleza natural de la Ribera del Duero y descubrir la tradición vinícola de la región. Asimismo, el Monasterio de Santa María de Aza y la Iglesia de San Miguel Arcángel son de obligada visita. No te pierdas la oportunidad de visitar alguna de las bodegas familiares y degustar los vinos locales.

Como ves, la Ribera del Duero alberga una selección de pueblos con encanto que seguro que no te decepcionará. Y Castillo de Curiel es el mejor punto de partida, pues nos ubicamos en Curiel de Duero, en el corazón de la Ribera del Duero. ¿Qué esperas? ¡Reserva ya tu habitación y emprende tu ruta por nuestra hermosa región!